
El proyecto inicial de la nueva iglesia de Valdebernardo estaba inspirado en la idea de democracia y comunidad, eliminando los ejes direccionados de las iglesias tradicionales para fomentar el diálogo comunitario desde la propia morfología de la sala principal.
Una disposición en forma de concha, y alrededor de ella van surgiendo las salas anexas, como organismos parásitos adheridos: la pecera, para que los niños vean sin ser oídos; el coro, para ver y ser oídos, las salas de catequesis, con sus puertas con ojos de buey a la altura de los adultos, para que sólo vea quien tiene que ver, y los apartamentos para sacerdotes, con flexibilidad de comunicación.
El contenedor de esta idea se planteó inicialmente con formas orgánicas, estudiando la acústica y el comportamiento bioclimático para que el funcionamiento fuera óptimo, pero el presupuesto reducido asignado por la Vicaría nos llevó a “minimalizar” las formas, y elegir un cubo como contenedor sin renunciar a la estructura colaborativa inicial. Únicamente se diferencia el altar por un periscopio de captación de luz, mediante espejos que reflejan el sol de la mañana y bañan de intensidad lumínica el punto de convergencia de la fe.
año: 2008 / localización: Madrid, España / diseño: Ángela Ruiz, Atipical / sup construida: 2.294,81 m2