Casa BIONSAI: LA CASA ECOLÓGICA MÁS PEQUEÑA DE MADRID (probablemente).

Con sólo 20 m2 el reto de la casa Bionsai es ser bio a pesar de ser pequeña.

La casa BIONSAI tiene todo lo indispensable para la vida minimalista de Rebeca, una antropóloga vegetariana, que vive con 31 prendas de ropa, le encanta la cocina, el yoga, las plantas y la vida ecológica.

Una buhardilla en pleno centro de Madrid, en una corrala que necesita ser rehabilitada con cariño y cuidado, respetando el sistema de construcción tradicional, manteniendo su transpirabilidad, para ser re-habitada de forma sana y sostenible. La Bioconstrucción en la ciudad es un reto, pero fácilmente conseguible si partimos de un edificio de principios del siglo XX, con estructura de madera y cerramientos de ladrillo y cal.

Con el objetivo claro de crear un ambiente sano y acogedor en un espacio mínimo, pero totalmente funcional, se diseña de forma que los espacios servidores se acoplan a los dos laterales existentes, regruesando las paredes para alojar el módulo almacenamiento, el módulo baño y el módulo cocina.

El módulo baño se compacta en 53 cm de ancho, alojando con precisión los usos necesarios, mientras que el módulo almacenaje es generoso, para maximizar la funcionalidad, a la vez que permite el uso inteligente, transformando el sofá en cama y viceversa con un simple movimiento.

El módulo de cocina lo constituye un mueble compacto con la mínima ocupación en planta de 0,8 m2, que se despliega estratégicamente para cocinar generosamente, permitiendo tener 3 metros lineales, o 2,3 m2, de encimera y mesa para comer, triplicando su superficie de uso. Una lavadora escondida y un termo en el ángulo muerto, dejan el máximo espacio de almacenaje al área accesible.

Y así, todo se vuelve compacto para dejar el máximo espacio libre para disfrutar, hacer yoga, leer, trabajar o compartir una cena con amigos al modo japonés, muy pegado al suelo, disfrutando de la calidez de la madera lasurada. Eso sí, sin traspasar el límite de una línea discontinua, que marca la altura de Rebeca para poder caminar de pie en el área e invitando de allí a la luz del sur, al placer de la vida del disfrute a ras de suelo.